lunes, 7 de abril de 2014

Qué necesitas que te lo imprimo, las impresoras 3D

El rápido avance en el desarrollo tecnológico está haciendo que escenas que sólo imaginábamos en el mundo de ficción o de la ciencia ficción se hagan realidad, una realidad palpable que se puede tocar y sobre todo disfrutar.

Es el caso en el ámbito de la impresión, hasta ahora las impresoras que conocíamos nos imprimían documentos, imágenes, fotos con la más alta precisión y perfección en cuanto a diseño, resolución y color. Pero este mundo ha dado un gran salto cualitativo en desarrollo hacia la impresión 3D, es decir, la posibilidad de imprimir cualquier objeto en tres dimensiones.

Además de la impresora necesitamos el respectivo software de diseño y modelado instalado en nuestro ordenador, que de forma digital envía las instrucciones para fabricar la pieza o modelo en el formato y medidas exactas que hemos diseñado. La fabricación se realiza capa a capa empezando por la parte inferior y terminando por la superior. Los tipos de impresión son varios desde el sistema de Estereolitografía, impresión por láser, inyección y deposición de material fundido, entre otros. Los materiales de impresión más utilizados son el plástico, aluminio, titanio, acero, cerámica, arena, cera, cristal, etc.

Existen muy diferentes tipos de impresoras 3D, de acuerdo al uso y al grado de perfección de la impresión creada y también al material utilizado para la creación de las piezas, podemos distinguir entre dos grupos lo que llamamos impresora casera y la profesional e industrial.


La impresora casera es la que podemos adquirir para nuestro uso particular doméstico, generalmente las piezas obtenidas son de plástico y el grado de exactitud y precisión de la pieza creada, es menor que la profesional, también su precio obviamente es menor y puedes conseguirte una por unos 3.000 euros.

Las profesionales e industriales pueden imprimir generalmente cualquier material dependiendo el uso que se le quiera dar y la industrial de que se trate, su precio también es muy superior, estando la media entre los 10.000 euros. Especialmente se están utilizando en automoción, diseño de calzado, arquitectura, packaging, educación, topografía, entre otras.

Especial relevancia está adquiriendo en el terreno de la medicina y odontología ya que pueden crear prótesis exactas y adaptadas a las medidas y formas personales de cada uno. Un ejemplo lo tenemos en el hospital Morriston de Swansea donde cirujanos remplazaron a un hombre de 29 años parte de los huesos faciales perdidos en un accidente con piezas impresas en 3D.

También experimenta un fuerte auge en la industria alimenticia, donde se espera en breve una auténtica revolución, con una máquina capaz de imprimir la comida que deseemos o nos apetezca al instante.

En concreto ya se ha presentado para su comercialización la impresora Chefjet, que imprime productos de chocolate y azúcar fundido, en blanco y negro y color, cuesta entre 4.000 y 7000 euros.

Pero como en todo y el avance tecnológico no es una excepción, está el uso correcto que se haga de este dispositivo. Hace unos meses se hizo popular la noticia de como un estudiante de Texas había creado el diseño para imprimir un pistola de plástico 3D que disparaba con toda normalidad y precisión balas de cierto calibre, dicho soltware fue puesto a disposición de todo aquel que quisiera en internet de forma libre y gratuita, en poco tiempo había acumulado más de 100.000 descargas.

Hecho realmente preocupante para todos y en especial para las autoridades, ya que supone crear armas de fuego de plástico sin ningún tipo de control, número de registro, ni ningún tipo de referencia a partir de una impresora que puede costar en torno a los 8.000 dólares, es como mínimo para causar una gran alarma social.

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