¡No sin mi móvil!
Hoy en día el teléfono móvil forma parte de nuestra vida, resulta esencial en muchos casos porque nos permite estar comunicado en todo momento ante cualquier eventualidad o circunstancia, sin tener la incomodidad de recurrir a locutorios o cabinas telefónicas.
Lo llevamos con nosotros a todas partes y muchos no pueden vivir sin él, es el medio de comunicación que más utilizamos, tanto es así, que a veces llega a convertirse en un verdadero hábito en nuestras relaciones con los demás, sustituyendo en muchas ocasiones al medio directo, personal, físico, del cara a cara de la conversación.
Las nuevas tecnologías han hecho que el teléfono móvil sea algo más que un simple aparato por el que puedes llamar y recibir llamadas, ahora los móviles te ofrecen un abanico de posibilidades que va en aumento, desde hacer fotografías, grabaciones de voz, vídeo y sobre todo la opción de conectarte a internet de una manera rápida y sencilla, con lo que ello implica, tener toda la información a tu alcance, envío de archivos, documentos, mensajería, GPS, y un largo etc. que convierte el móvil en un miniordenador.
Pero el peligro del móvil no está sólo en su dependencia o en la de convertir las relaciones humanas en algo impersonal, desnaturalizado o deshumanizado. Está en el hecho de emitir energía u ondas electromagnéticas que pueden dañar gravemente la salud.
Hay muchos estudios científicos en este sentido. El catedrático de la Universidad de Granada Darío Acuña Castroviejo denunció en un informe que la exposición continua a las radiaciones electromagnéticas puede provocar trastornos neurológicos, mentales, cardiopulmonares, hormonales, reproductivos, inmunológicos y aumentar el riesgo de cáncer. El profesor José Luis Bardasano, Presidente de la Fundación Europea de Bioelectromagnetismo y Ciencias de la Salud, relaciona directamente la exposición a estas radiaciones con incrementos de patología tumoral así como con alteraciones cardiacas, neurológicas y reproductivas.
Ante esto, las grandes y poderosas compañías del sector se escudan en que no hay informes o estudios claros y absolutamente concluyentes de los efectos sobre la salud de tales radiaciones, por lo que no aceptan ningún tipo de responsabilidad.
Por nuestra parte aconsejamos en hacer un uso correcto y equilibrado del teléfono móvil, así como de utilizar audífonos o manos libres para no tenerlo pegado a la zona de la cabeza u otra parte de nuestro organismo, ya que disminuye sus efectos un 75% si lo alejamos 5 centímetros de nuestro cuerpo.
No se trata de dejar de usar el teléfono móvil, sino de darle un uso adecuado, además intentar comunicarnos más cara a cara con nuestros amigos o seres queridos. Hace poco hubo un inconveniente con el programa de mensajería Whatsapp, que dejó de funcionar y se formó toda una revolución en el mundo entero, para que veamos el alcance de dependencia que tenemos.
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