CARRUAJE GITANO

Mucho ojo con los alimentos transgénicos

Los alimentos transgénicos son aquellos que se obtienen del organismo al que se le ha modificado y alterado su genética con ADN de otro u otros organismos, a través de la llamada ingeniería genética en procesos exclusivamente de laboratorio.

Hoy en día la polémica está servida, se dice que los fines por los que fueron aprobados y admitidos en la distribución y consumo mundial, fue la de acabar con el hambre de la humanidad, somos testigos de que esta dolorosa y triste circunstancia no se ha erradicado del mundo.

Se presentaban como una solución a problemas que conlleva actualmente, la producción de los productos naturales a los que se tenían que hacer frente el hombre, como son, poner fin a la poca productividad, a las innumerables enfermedades y plagas a las que hay que combatir con el uso excesivo de productos químicos tóxicos y contaminantes, a la poca resistencia y a la caducidad, entre otros. Más en la práctica esto no ha sido así.


Para Greenpeace y otras asociaciones ecologistas, la producción de transgénicos es como la de crear monstruos Frankenstein en serie, los llamados OMG (organismo modificados genéticamente), son un peligro potencial para nuestra salud, deterioran el medio ambiente y destruyen la agricultura tradicional familiar y sostenible. Lo más grave es que puede romper el ciclo natural en la naturaleza, sin saber exactamente el desenlace final que puede provocar.

Un ejemplo es en el proceso de polinización de las plantas en los que suelen intervenir como mediadores y portadores las abejas, la mortalidad de las colonias en los últimos años ha sido del 20%, existe igualmente peligro de contaminación transgénica para aves y animales que puedan alimentarse de éstos cultivos con los riesgos para su salud.

Uno de los cultivos que se ha modificado genéticamente a gran escala mundial siendo su producción total actual prácticamente transgénica es la soja, la cual está modificada con un gen de una bacteria que le hace inmune a los pesticidas cuando se fumiga contra las plagas.

Otro cultivo es el maíz dulce, que ha sido modificado con un nuevo gen que proviene de la bacteria Bacillus thuringiensis, que actúa como un veneno que mata a los insectos, es decir, es un insecticida. Este nuevo maíz se llama Bt.


El tomate fue uno de los primeros alimentos modificados genéticamente, desde 1994 cuando se empezó su comercialización en EE.UU, su objetivo es que tenga una larga duración, esto es que se mantenga fresco mucho tiempo. El peligro que presenta es que esta modificación genética, produce unos efectos en el organismo que lo hacen resistente a los antibióticos, de ahí el grave problema médico a la hora de luchar contra las enfermedades que sufrimos.

El problema es mucho mayor si cabe, si tenemos en cuenta la desinformación que existe a la hora de adquirir el consumidor estos tipos de alimentos. La OMS pide que se regule en cuanto a que se indique entre sus ingredientes si contiene productos modificados genéticamente, pero no dice nada de hacer referencia en cuanto a los productos obtenidos con animales que se han alimentado con transgénicos. Por otra parte da un gran margen de actuación a los gobiernos de cada país en cuanto a su regulación y sobre todos a las grandes compañías de alimentación. De hecho muchas empresas no indican el contenido transgénico de sus productos, ya que se amparan en que son productos seguros y que ofrecen todas las garantías sanitarias o que no superan la proporción del 0,99% de los ingredientes en total para indicarlos.

Otro problema lo tenemos en España, ya que es el único país de la UE que los cultiva a gran escala, tanto que ha aumentado entorno al 15-20% con respecto a Europa. Un ejemplo es que es uno de los pocos países donde se cultiva el maíz transgénico Bt, ya que está prohibido en casi todos los demás. De ahí la preocupación de agricultores, ecologista y parte de la población por las repercusiones que pueden tener estos cultivos y su consumo tanto en el entorno medioambiental como para nuestra salud.