El glutamato, un ingrediente adictivo en tus alimentos
Podemos decir que una sustancia adictiva es aquella que crea dependencia y que además puede ser nociva para la salud. Podemos ver esto, por ejemplo en el tabaco e incluso últimamente en algunos productos alimenticios. Es el caso de aquellas comidas y alimentos que contienen un ingrediente en especial, el glutamato monosódico.
El glutamato es un aditivo que se emplea en la alimentación como potenciador del sabor, pero entre uno de sus efectos más negativos y perjudiciales para nuestra salud, está el de ser uno de los adictivos más peligrosos.
El glutamato monosódico, GMS en su abreviatura, aparece también en los alimentos que lo contienen con el nombre E-621 y bajo otras denominaciones para ocultar su verdadera identidad, como proteína vegetal hidrolizada, suavizante natural de carnes, resaltador de sabor, extracto de levadura, saborizante natural, etc.
¿Has tenido alguna vez la sensación al comer algún snacks, como patatas fritas de bolsa, galletas de muchas marcas, refrescos, hasta embutidos que no puedes parar de comer y sientes la contínua necesidad de volverlos a comprar?
Pues fijate bien porque la causa de esta “falsa necesidad” y dependencia es que figura entre sus ingredientes este aditivo, el glutamato.
El glutamato nació en Japón de la mano de Kikunae Ikeda, para resaltar el sabor de los alimentos, en especial fue utilizado en la segunda guerra mundial, para que las comidas de los soldados japoneses, siendo pobres en contenido y calidad, resultaran más ricas y sabrosas.
Tras el final del conflicto cayó en manos de la potencia ganadora, EE.UU, quien lo ofreció a las grandes compañías de alimentación. Los resultados no se dejaron esperar, aumentaban el sabor de sus productos con ingredientes de menos calidad y por tanto con menos coste y además veían como se incrementaban las ventas de sus productos, con un consumo que iba cada vez a más. El negocio estaba servido. Así se ha creado una cadena de intereses comerciales y económicos de tal nivel, que no tienen fin, y lo peor es que hasta ahora es imposible de pararla.
Hoy en día hay muchas teorías que prueban la relación del GMS con las causas de la intensa obesidad a gran escala mundial, siendo un auténtico problema sanitario y humano en países como Estados Unidos, también lo relacionan con casos de diabetes, autismo, hiperactividad, etc.
El investigador que más se ha dedicado al estudio y denuncia del GMS sobre sus efectos nocivos para la salud, es John Edward Erb, autor del libro “El lento envenenamiento de América” , entre otras enfermedades le hace responsable de alergias, Alzheimer, asma, fibrilación auricular, autismo, diabetes, depresión, mareos, epilepsia, fibromialgia, hipertensión, hipotiroidismo, hipoglucemia, síndrome de intestino irritable, inflamación, migraña, esclerosis múltiple, obesidad, tumores en hipófisis, etc.
Esperamos que todo esto te ayude a concienciarte a la hora de cuidar lo que comes, buscando siempre que sea posible alimentos más naturales.
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